Crujidos, chirridos, mezclas, cuando las recetas romanas cobran vida.
El sol se encuentra bajo sobre el atrio, a través de la puerta abierta se siente el aroma de laurel y cilantro tostado. En la cocina, una joven se inclina sobre un pesado cuenco de barro. Con un movimiento uniforme, su mano gira en el recipiente rugoso – semillas de hinojo, comino y pimienta se transforman lentamente en una pasta aromática. La mezcla se mueve por el borde del mortero, se desmenuza y se vuelve a mezclar. No hay golpes fuertes, ni ruidos metálicos – solo el roce rítmico en el barro. Su abuela le enseñó a convertir poco en mucho: sabor, curación, color. Y en este cuenco no solo se mezclan ingredientes – sino generaciones, recuerdos y un trozo de la vida cotidiana romana.
Más que un mortero – la multiherramienta de la Antigüedad
El mortero era tan indispensable en la cocina romana como la sal en la sopa. Ya en el siglo I a.C. aparecía el Mortarium en los hogares romanos – un robusto cuenco de barro con un esmalte interior resistente y a menudo una superficie rugosa. Se usaba para triturar especias, hierbas, ajo, nueces o legumbres – pero también para la elaboración de salsas de pescado (garum), polvos medicinales o cosméticos. Un buen Mortarium se reconocía por su durabilidad y su base acanalada – así que los romanos solían usar la palma de la mano, en lugar del pistilo, para triturar los ingredientes girando y presionando. Este tipo de cuencos se producían masivamente en provincias como la Galia o Germania y están documentados arqueológicamente en casi todos los hogares romanos – desde Pompeya hasta la Villa Rustica en el Limes y el Rin.
Por qué este mortero convence
-
Históricamente auténtico: Fabricado en cerámica robusta según modelos arqueológicos
-
Versátil: Ideal para triturar especias, hierbas o pigmentos
-
Enfocado en la experiencia: Fomenta el aprendizaje háptico en escuelas, museos y recreaciones
-
Fiel a la forma original: Con una superficie interior rugosa para una auténtica experiencia de molienda
-
Sostenible y duradero: Hecho a mano – sin plástico, sin complicaciones
Ya sea en el aula, en el museo o en un campamento romano – este mortero acerca la historia al tacto. Es ideal para proyectos didácticos en clases de historia y latín, como la preparación de mezclas de especias romanas según las recetas de Apicio o para moler hierbas secas en clase de biología. Los educadores en museos utilizan el Mortarium para acercar a los visitantes a la experiencia sensorial de la Antigüedad – ¿cómo se siente cuando el tomillo y la sal se trituran entre los dedos y el cuenco de barro?
También en la escena de "Historia Viva", moler a mano en lugar de con un mortero moderno es un detalle auténtico: ya sea en la preparación de la salsa de pescado (garum), mezclando pigmentos para pinturas murales o moliendo nueces para pastas – el Mortarium convence por su simplicidad, funcionalidad y fidelidad a la forma original. Incluso fuera de la Antigüedad puede sorprender: como ayuda creativa en la cocina o como herramienta meditativa en la vida diaria del bricolaje.
Una palabra de sabidurías de la Antigüedad
“Condita non ex arte, sed ex usu.”
– Celsus, De Medicina
“Preparado no con artesanía, sino con experiencia.”
Experiencia en lugar de teoría – una sabiduría que se aplica especialmente en la cocina. El mortero romano representa exactamente eso: una herramienta que no busca ostentar, sino que, a través de la experiencia cotidiana, se convierte en un ayudante indispensable – entonces y ahora.
FAQ's - Lo que los clientes quieren saber sobre el Mortarium
¿Está el mortero aprobado para el contacto directo con alimentos?
Este mortero se utiliza como objeto demostrativo en un contexto histórico y no está certificado según la ley alimentaria actual. Es excelente para demostraciones, proyectos o educación en museos – pero no para la preparación de alimentos con fines comerciales o domésticos.
¿Qué se puede demostrar con el cuenco?
Con la superficie rugosa se pueden triturar materiales secos como especias, hierbas secas, pigmentos o sal mostrando técnicas cotidianas romanas de manera auténtica – ideal para clases, talleres o recreaciones.
¿Qué tan duradero es el Mortarium en uso?
El cuenco está fabricado de forma robusta y se adapta bien a la mano. Con un uso adecuado en la educación o exhibición, es duradero, estable y práctico – sin herramientas modernas, tal cual como en la época romana.
“Utilizamos el Mortarium regularmente en nuestros proyectos escolares sobre la cultura cotidiana romana – los estudiantes quedan fascinados al experimentar por sí mismos cómo se machacaba, molía o mezclaba en la antigua Roma.”
– Anne K., Profesora de historia, Educación secundaria
Forum Traiani ® | ¡Hacemos la historia comprensible!