Joyería

Joyas de épocas pasadas

Joyas antiguas y joyas para ella y para él.

Joyas romanas

Desde colgantes de oro, plata o bronce hasta cadenas de eslabones de filigrana y pendientes de adorno clásico.

Collares de piedras preciosas y cuentas de vidrio, broches o anillos, a los romanos les gustaba adornarse con ornamentos nobles, amuletos de la suerte y joyas preciosas. En las páginas de joyería de la Tienda Romana se ofrecen numerosas joyas artesanales, fabricadas hoy en Alemania a partir de hallazgos originales. Un cofre del tesoro de joyas romanas contiene lo que adornaba los cuellos, brazos y manos, orejas y peinados de la Antigüedad.

Oro fundido

La joyería y el adorno tienen una larga tradición: ya entre el 2500 y el 500 a.C., los artesanos de la época minoica fabricaban pendientes, brazaletes y collares. En la época clásica, estaban de moda como adornos las cadenas, las finas espirales de alambre trenzado, los pétalos y las hojas de metal en forma de roseta. Una técnica de orfebrería muy popular en la Antigüedad era la granulación del oro. En este proceso, se colocaban diminutas cuentas de oro para formar un adorno o una superficie y se soldaban sobre una base de oro. Sólo en sus respectivos puntos de contacto se unían las piezas de oro. El efecto de luces y sombras es muy vivo y artístico. Las granulaciones etruscas se hicieron mundialmente famosas. El trabajo de filigrana también fue muy popular entre los romanos. Se trataba de adornos, joyas y objetos artísticos realizados con alambres de oro fino, plata, cobre plateado y hierro doblados y soldados entre sí de diversas formas, que solían representar follajes, arabescos y similares. La filigrana romana y florentina sigue siendo muy apreciada hoy en día.

Decorado con monedas

Las joyas romanas con piedras incrustadas eran poco frecuentes en la Antigüedad. Los motivos predominantes en las joyas romanas eran espirales, motivos naturalistas, pulpos, estrellas de mar o mariposas. Las monedas también se hicieron populares. Los hallazgos muestran joyas con pequeños discos de oro y diademas formadas por largas placas ovaladas engastadas con rosetas. A partir del siglo III d.C., los romanos también llevaban collares y brazaletes decorados con monedas de oro.

Cada joya es única

Basados en los modelos romanos de las joyas que llevaban los romanos, los tesoros decorativos se fabrican a mano en Alemania mediante el proceso de la cera perdida (como el que se utiliza en la fundición de metal y vidrio). Por tanto, ¡cada joya es única! Porque las formas no existen. Al igual que en la antigüedad romana, las piezas de joyería se crean: desde el patrón de cera modelada hasta la fundición de metal, moldeado a partir de metal calentado a 1300 grados. El cofre del tesoro está a un solo clic:

Un viaje para descubrir la belleza de la antigua joyería romana.

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