Un altar romano - el lugar para las ofrendas en la antigüedad.
"Do ut des" - Yo doy para que tú des. Este era el principio en el que se basaba el culto a los dioses en la antigua Roma.
La gente de aquella época era pragmática y profundamente religiosa a partes iguales. En cada hogar romano había un lararium, un pequeño altar romano donde se hacían sacrificios a los lares, los dioses protectores de la casa y los muchos otros dioses que pertenecían al casi inabarcable círculo de deidades y seres espirituales, grandes y pequeños.
Eran omnipresentes y podían intervenir en la vida de las personas en cualquier momento, para darles un giro positivo o negativo. Una buena relación con estos dioses todopoderosos era importante, había que hacerles caso y templarlos para que no cayera ninguna desgracia sobre la familia.
La familia tenía peso. Un altar romano era el lugar donde los miembros de la familia, los esclavos y el señor de la casa hacían ofrendas y rogaban a los dioses por su ayuda.
- Altura del altar: aprox. 21 cm
- auténtica escayola de alabastro patinada
- El cuenco de cobre no está incluido
Grandes y pequeños dioses regían la vida
Júpiter era el dios supremo y soberano de todos los dioses; Juno, la diosa del matrimonio y el nacimiento; Apolo, el de los cabellos dorados, dios de la luz, la poesía y la música, de la agricultura y los rebaños, por nombrar sólo algunos de sus múltiples atributos: son bien conocidos y a menudo representados.
Pero, ¿quién conoce a Fabulino? Era una especie de logopeda, ya que se encargaba de que los niños pequeños hablaran correctamente. ¿Y Cardea? Era la diosa romana de las bisagras y señora del bicéfalo Jano, el dios de las puertas. Una simbiosis sensata, cabría pensar. También es concebible que algunos padres ofrecieran a Cuba atenciones muy especiales, pues Cuba cuidaba de los niños y se aseguraba de que durmieran bien. ¿Y quién iba a descuidar a Pluto, el dios de la riqueza?
Un altar romano era probablemente uno de los muebles más importantes del hogar antiguo.
Altar romano para los dioses del Estado
Pero un altar romano era también el lugar de culto a los tres dioses del Estado, la Tríada Capitolina, Júpiter, Juno y Minerva. La guerra y la paz, la jurisdicción, la política y la sabiduría estaban bajo su poder.
Aún hoy es frecuente encontrar un altar romano en las excavaciones arqueológicas.
Un altar romano procedente de España sirvió de modelo para esta bella réplica jaspeada. Un bello objeto para todos aquellos que conservan el sentido de la importancia de la vida y las tradiciones antiguas en los tiempos modernos.
La réplica mide unos 21 cm de alto y está hecha de auténtico yeso de alabastro patinado.
El yeso de alabastro es un yeso translúcido de grano especialmente fino, similar al mármol, que se utiliza a menudo en artesanía para estatuas, consolas o ángeles, ya que su superficie recuerda a la porcelana y al mármol.
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