Altar romano
En la antigua Roma, el culto a los dioses desempeñaba un papel importante: los altares romanos constituían el centro de todos los actos rituales. Hoy en día, es fácil imaginar los altares romanos como los que conocemos de las iglesias cristianas. Pero establecer aquí un paralelismo conduce a errores fatales. Los altares romanos constituían el centro absoluto del lugar de culto. Un santuario romano, es decir, el lugar donde se practicaban los cultos, la residencia temporal de los respectivos dioses venerados, no necesitaba necesariamente un templo, contrariamente a la creencia común. Bastaba con un altar para ofrecer sacrificios al dios o diosa y, por lo general, para quemar las ofrendas.
Los grandes altares romanos podían pertenecer a un templo, pero su ubicación nunca era en el interior, sino siempre al aire libre, delante del templo. Los altares romanos se encontraban más a menudo separados de los templos, en innumerables lugares al aire libre, en manantiales, junto a ríos, en montañas, en cuevas... en cualquier lugar donde pudiera suponerse la actividad divina.
- auténtico yeso de alabastro patinado
- se puede utilizar con varitas de incienso
La religión de los romanos
No se puede sobrestimar la importancia de la religión y la piedad romanas. Como ideal cívico y virtud, la pietas, o religiosidad, era crucial para cada ciudadano y también para el Estado. Detrás de cada fiesta, de cada campaña de guerra, de cada acción política y de cada gran acción privada, había procesos religiosos de importancia fundamental, como la lectura de los presagios, el sacrificio precedente y el sacrificio de acción de gracias al final. Algunos de los cargos más importantes de la República eran los de los sacerdotes; en la época imperial, los principes también ocupaban básicamente el cargo de sumo sacerdote, el Pontifex Maximus. El papel de la religión en la esfera privada era tan importante como en la pública.
Los antiguos romanos rendían culto en sus hogares a los genios de sus antepasados; además, existían cultos a los distintos dioses domésticos, como los Lares o los Penates. También utilizaban para ello altares, a menudo algo más pequeños que los abiertos al público, para quemar incienso o hacer libaciones.
El altar romano para su casa
La réplica de un altar romano de nuestra tienda del museo es una copia de un típico altar doméstico original, tal y como se podía encontrar en todas las casas romanas. El altar romano de 13 cm de altura no sólo queda bien en el salón o el dormitorio, también es excelente para la zona de recepción de tu casa o para la terraza o el balcón. Encienda varitas de incienso en él y deje que nuestro altar romano le lleve atrás en el tiempo.
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