Relieve romano de Epona
En aquella época, los caballos no sólo eran indispensables como medio de transporte, sino que también se consideraban un signo de prosperidad.
EPONA - LA DIOSA DE LOS CABALLOS
La diosa Epona es una de las diosas más antiguas y famosas de la historia celta.
Llegó a ser tan famosa que incluso los romanos le concedieron un lugar de honor especial en sus establos. Se suponía que la veloz amazona de manto vaporoso garantizaba el bienestar del bien supremo de la época.
Los caballos eran el medio más importante y rápido de recorrer distancias cortas o largas, facilitaban el trabajo en el campo gracias a su fuerza y tamaño, y eran también una inversión. Por tanto, era de extraordinaria importancia que el corcel se mantuviera sano y en forma y, en el mejor de los casos, también que proporcionara suficiente descendencia.
EPONA, DIOSA DE LA FERTILIDAD
Epona adquirió fama sobre todo como diosa de los caballos. Pero siempre ha habido indicios de que aspectos como la fertilidad, la abundancia y el crecimiento desempeñaban un papel igualmente importante en el culto a Epona. Así, a menudo se la representa con un cuenco lleno de espigas y fruta madura o una cornucopia. Las fuentes dedicadas a ella relacionan a Epona con el flujo constante de la vida, por lo que se supone que la especial importancia de los montes nobles en aquella época es la razón por la que los aspectos de Epona como gran diosa madre cayeron cada vez más en el olvido.
- Dimensiones de la diosa: aprox. 22 x 21 x 5 cm
- Colgador en la parte posterior para facilitar su fijación a la pared
- Material: estuco de alabastro con pátina antigua
- Original del Landesmuseum de Stuttgart
LA YEGUA DIVINA
En sus inicios, Epona era representada como una yegua divina, normalmente con un potro. Con el tiempo, se convirtió en una mujer bella y fuerte, montada en un caballo blanco. Fuerza, energía, movimiento y velocidad son sus atributos. En toda Europa se encuentran santuarios dedicados a esta gran diosa.
Como arquetipo, Epona representa a la mujer fuerte e independiente que sabe manejar su propia fuerza, es capaz de saltar por encima de todos los obstáculos y, sin embargo, siempre lleva las riendas firmemente en la mano.
UNA DIOSA COMÚN PARA ROMANOS Y CELTAS
Aunque los romanos miraban con recelo a la sociedad celta por considerarla bárbara e incivilizada, también ellos veían la necesidad de una mano protectora que mantuviera sanos a sus propios caballos y potros, por lo que a los jinetes germanos y celtas bajo dominio romano les resultó fácil extender su culto por todo el imperio.
Epona es la única deidad celta que entró en el reino de los dioses romanos.
No obstante, se produjo un pequeño cambio como consecuencia de ello. Mientras que los celtas se preocupaban sobre todo de preservar sus caballos como ganado y bestias de carga, los romanos pedían protección para sus caballos de guerra y de carreras.
Llene su hogar con el poder y la fuerza de una de las diosas ancestrales europeas más importantes.
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