Hierro romano
Fuego y llamas
Muchos legionarios romanos habrían preferido quedarse en casa si hubieran sabido el frío que podía hacer en el extranjero. Por muy calurosos que fueran los días en el norte de África, las noches eran extremadamente frías. Era aún peor para sus camaradas que estaban de servicio en la fría Germania. Los astutos legionarios siempre llevaban consigo cinceles romanos, un pedernal y yesca para no congelarse en las noches frías.
Rápido y sencillo
El cincel romano era práctico y sencillo en su función. Se golpeaba el hierro contra el borde del pedernal hasta que una chispa hacía brillar la yesca. Con cuidado, para no volver a apagarla, se creaba una llama soplando sobre la yesca incandescente. Contrariamente a la impresión de que la chispa procedía del pedernal, en realidad procedía del percutor romano. Éste consistía en un acero muy duro, de alto contenido en carbono. Con el hierro romano era mucho más fácil hacer fuego. Ya no era necesario frotar la madera hasta la extenuación. La yesca se podía encontrar en casi todas partes. Ya fuera de juncos o de hongos, los hábiles romanos siempre encontraban una solución.
- Acero forjado
- fabricado a mano
- negro
- aprox. 7 cm de largo
Un tesoro pacífico
El cincel romano no podía utilizarse como arma, en parte debido a su forma. Una ley no escrita que los herreros siguen respetando hoy en día. Estipula que los aceros de chispa sólo pueden utilizarse para hacer fuego. Como todos los hierros de fuego, el hierro romano era un objeto valioso y codiciado que se transmitía de generación en generación.
Encendido clásico con el hierro de fuego
Deje que sus alumnos enciendan la hoguera a la manera romana en días de excursión, viajes escolares o excursiones escolares. Les encantará el hierro de fuego romano. Con historias instructivas y emocionantes alrededor de la hoguera por la noche, puede impartir muchos conocimientos por el camino.
¡Aquí la aventura se une a la historia!
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